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Y se hizo la luz.

"No es el que me hayas fallado
sino el que ya no crea en tí
lo que me ha hecho estremecer..."



Se puso de pie con las rodillas enrojecidas. Justo en el clímax de la desesperación, había visto una luz más brillante que ninguna otra. Las manos sudorosas y la boca seca eran síntoma del nuevo estado en el que había entrado. Era despertar de un letargo que no supo cuando comenzó. El estremecimiento de su cuerpo evidenciaba la conciencia adquirida, ese tipo de conciencia de la que no hay retorno posible. Nada, ni el mundo ni las personas, volverían a ser los mismos. Incluso él ya era otro.
22 Noviembre, 2010
Lilymeth Mena.
Safe Creative #1011227912303

4 comentarios:

Jorge Muzam dijo...

Un texto con varias lecturas posibles. Es posible que esa luz signifique un definitivo ¡qué demonios hago aquí!, o bien, "es mi única esperanza y mis sentidos se encargarán de disuadirme", o quizás alguien encendió las luces del anochecer.

Me gusta esa ambigüedad. La desesperación pincela arlequines en el vacío. No puedo pensar religiosamente en un comentario, aunque sí lo puedo hacer a través de mis personajes.

Un abrazo, Lilymeth.

Lilymeth Mena dijo...

"Y se hizo la luz" ha sido una frase que me ha perseguido toda la vida. Mi madre la usaba muy seguido en tono sarcástico cuando era joven. Con el tiempo le fui dando varios significados, hasta que creo que le encontré el que le encaja perfecto. Según mi mundo y mi visión. Gracias Jorge. Te devuelvo el abrazo.

Lorena Ledesma dijo...

Y siento tantas cosas al leer este cuento cortito... Se te pasan muchas cosas por la cabeza. En vistas a mi pensamiento ateo, me inclino a que el sujeto en cuestión se dio cuenta que estaba malgastando su tiempo.
Revelador Lilymeth!

Lo leí como cien veces.
Besos =)

Anónimo dijo...

Yo creo que muere saisaer y no yo.

Buena historia Lilymeth.