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Calculo diferencial...

Nosotros los seres “humanos” tenemos la mala, fea y desleal costumbre de querer medirlo todo si bien en cosas como días, noches, meses, años, lustros, como en centímetros, pulgadas, leguas, nos gusta jugar con términos como amplitud, perpetuidad, eterno e infinito como si se tratara de cosas que cupieran en la palma de la mano, cosas que pudiéramos doblar o desdoblar a nuestro antojo, es como querer jugar a ser dios por un segundo y sentir que tenemos el poder de determinar lo que dura o mide cualquier cosa ya se trate de algo tangible como de algo que no cabe mas que en nuestros sueños que de ser posible también nos atreveríamos a medir, por fortuna y como decía un buen maestro mío “cuando el cuerpo esta dormido, lo demás esta perdido” si no, ya me imagino a algunos intelectuales y científicos queriendo conocer el espectro de los sueños en términos algebraicos para volverlos una cosa creíble y comprobable.

Yo la verdad es que no recuerdo bien la anchura de su pecho o de su espalda, tampoco podría decir cuanto median sus brazos o piernas de largo, no podría calcular la fuerza con la que sus cabellos se ensortijaron entre mis dedos o la velocidad del sonido de su voz contándome aquella historia de dioses y de hombres en una habitación donde no había eco, tampoco puedo decir cuantos minutos han pasado desde la primera vez que nos vimos en el atrio de aquel palacio blanco, no se a decir verdad cuantos vellos oscuros y negrísimos son los que forman su única ceja.
Es mejor seguir creyendo que nada tuvo su ración a cuenta gotas o que todo tenia un determinado numero de repeticiones, que ni los besos ni las caricias tenían que ser contados o medidos, que todo fue continuo, fluido e incapaz de medición, y a pesar de eso, de todo y de nada, todo fue cuanto tuvo que ser, ni un tanto mas ni un ápice menos, aun sin saber cuantos centímetros iban de la punta de su dedo índice a su hombro derecho o lo ancho de su pecho de costado a costado puedo decir que mi cuerpo estaba diseñado para embonar perfectamente en aquel abrazo que me obsequio con tanta generosidad, que tanto los jadeos como los movimientos fueron totalmente acompasados como si se tratara de un ejercicio preciso y cronometrado, que el ultimo suspiro fue perfecto para marcar el final de tal sincronización.
Pero, claro, yo que voy a saber de todas esas cosas si no soy científico, medico ni me las doy de intelectual yo se que para afirmar algo como lo que acabo de decir se necesitan ecuaciones, algoritmos, formulas o a lo mas primitivo una cinta de medir, una libreta, un lápiz para apuntar y realizar algunos cálculos mentales, pero yo no juego a ser dios, a mi me tienen sin ningún cuidado los centímetros o cosas como el volumen, el grosor y la capacidad, yo solo se que en todo esto soy una ignorante, me confieso neófita para medir o calcular nada, siendo pues de este modo no debe creerse nada de lo que he dicho antes pues mi falta de conocimientos hacen irrelevante toda declaración.
28 Noviembre, 2009
Lilymeth Mena.

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