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La cuerda ladina...

Tal vez por un momento creíste que iba a detenerte o…a detenerme, pero ambos sabemos que las probabilidades de verdad son mínimas por que nunca reconozco cuando me he equivocado y tu no sabes nunca decir lo justo cuando es preciso, por eso te vienes y te vas, yo me vengo y me voy.

Siempre intentando compartir espacios estrechos donde no cabe un suspiro, obstinados cada uno a su modo tirando hacia lados contrarios de la misma cuerda, pero la cuerda nunca cede, se torna cada vez mas dura, tensa, pero no da de si para demostrarnos que podemos caer sobre nuestras nalgas con las manos vacías sin cuerda tú ni yo, esta cuerda es ladina, le gusta jugar con nuestros caprichos y nuestras voluntades para obligarnos a madurar, si cariño, necesitamos aprender a ser humildes, y no me refiero al tipo de humildad que tanto te molesta, no a la humildad que mas que humildad es zalamería, rebajacion del ser, me refiero a la humildad en la que uno deja de pensar tan solo en si mismo para pensar en el otro, esa donde yo he dejado de ser yo y soy tú, donde tú eres tan parte mía que has dejado igual de ser tú y ahora eres yo, ya no somos dos caracteres encontrados si no uno solo, armonioso, equilibrado, perfecto.
Si, ahora me doy cuenta, si voy a detenerte, no quiero que te vayas, hemos pasado por tanto juntos, hasta por aquellas situaciones que jamás imaginamos y cuando las recordamos nos hacen reír, hemos sido tan niños cuando nos enojamos, anda, mi vida, quédate, sabes que te quiero y que me quieres, anda, se bueno, dame un beso y cierra la puerta…por dentro.
07 Diciembre, 2009
Lilymeth Mena.

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