Pintura en los dedos...

Pintar una pared, llenarla de colores, con pinceles primero y con los dedos mas tarde, tomar mi paleta y cubrirla con ellos, cubrirme yo con ellos, trazar primero líneas armoniosas con un trozo de lápiz, que sea el buen carbón quien se deje guiar por mis pensamientos, por una idea que no tiene forma hasta pasar de mi mente a su cuerpo cubierto por madera, que se deje dominar por mi voluntad, por mi capricho, por mi deseo. La idea ya esta puesta en el blanco muro, ahora es mi ser quien define los colores para que vaya tomando forma, carácter, personalidad, poco a poco voy cubriendo con matices y sombras todo aquello. Verdes brillantes que saltan como si fueran hierbas vivas sacadas de una historia escrita hace siglos, un cielo azul con casi nada de nubes, montes ocres, dorados y carmines, un hilo de agua que baja cargado de agua, agua que brilla en la parte mas honda cuando recibe los rayos del sol, la luz del sol que brilla por todo el paisaje pero que no se ve, por ahí, perdida en campo abierto, una pequeña casa de techo rojo, tejas acomodadas unas sobre otras pero rozándose apenas, cuatro ventanas y una puerta. Un perro que corre alrededor de un cubo de agua, humo de cigarro que sale por una de las ventanas entre abiertas, quizá dos, tres, libros sobre la mesa junto una taza humeante de cafe, mi cuerpo desnudo tendido sobre la cama, no hay almohadas, no hay cobijas, tan solo eso.
Junio 29, 2009
Lilymeth Mena.