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Mi collar de llaves...

Hace ya tiempo que rebase la nostalgia y la melancolía, no se cuando ocurrió exactamente pero he dejado de contemplar mi pequeño universo en esa absurda búsqueda de respuestas que me se de memoria, he abandonado casi por completo la introspección, el silencio, estoy un poco harta de mirar hacia adentro donde solo puedo regresar a las esquinas húmedas que ya conozco, donde todo parece estar revuelto y abandonado, decidí acomodar la casa, poner un poco las cosas en orden así que dispuse y limpie las habitaciones, clasifique todo para poder enviar cada cosa a su sitio, a mano derecha entrando por el corredor en la puerta de debajo de las escaleras he puesto un letrero que dice “Juventud” dentro de el he guardado todo lo referente a esa etapa de mi vida, recuerdos, sueños, dolores, frustraciones, poemas, dibujos, después de colocar todo en estricto orden cronológico y a la mano (por si las moscas) he cerrado la puerta con llave, la llave la he insertado en un listón amarillo de treinta centímetros que esta en mi bolsillo derecho del vestido, a la puerta de la izquierda que queda al fondo de la casa, le he puesto un letrero que dice “matrimonio” en el he colocado todo lo que tiene que ver con ello, el anillo de oro con una absurda inscripción interna, tres cajas de fotografías (en esa época me di gusto tomando fotos) todos los vestidos que mi esposo me comprara y que no tuvieron jamás nada que ver conmigo, las uñas largas, los reproches, las sonrisas, los zapatos rotos y un juramento que jamás se cumplió, con muy pocas ganas seleccione y separe todo igualmente en un orden que al menos para mi tuviese alguna lógica, la llave fue a dar al listón amarillo junto con la primera. He subido al ático todo lo que me recordaba Los momentos mas difíciles, intente acomodarlo todo pero también me salte en algún momento el orden dado lo delicado del asunto, aparte de que no recuerdo muy bien todo, algunos días están tan borrosos que me costo mucho trabajo catalogarlos y colocarlos en la repisa o en el cajón correcto, luego de ver que la puerta estuviese bien cerrada por fuera le he echado llave y mire de reojo antes de bajar las escaleras el letrero que decía “tristeza”. En la habitación que da de frente a la ventana del jardín le he puesto un letrero que dice “infancia” ha sido un capricho mío tener esta habitación lo mas cerca posible, guarde con una sonrisa mis calcetas de encajes, acomode mis calificaciones, las envolturas de los dulces que me regalaban y que fui guardando, los cascabeles que mamá cosía en los bordes de mis vestidos, colgué del techo las canciones que baile con mis pies sobre los de mi papá, mis dos coletas y mis rodillas sucias las enmarque para ponerlas sobre el muro, cerré la puerta y una vez mas la llave se unió con las demás dentro de mi bolsillo. Solo me queda una habitación en la planta baja, mi estudio, después de limpiar los entrepaños de madera y las vitrinas para comenzar a acomodar lo que se guardara aquí he puesto aquel disco viejo que mi papá ponía mientras trabajaba en su escritorio ese que solía tararear mientras llevaba el ritmo con las piernas, he querido no bajar el animo mientras acomodo este cuarto, encontré muchos cuadros que deben ir aquí y las paredes han quedado casi cubiertas, llene los estantes de libros, puse en la repisa junto a la ventana todos los adornos y ramos de flores que han pasado por mis manos y ahora son tan solo recuerdos marchitos, las sonrisas de la gente desconocida, los abrazos que no me han dado, los besos perdidos, todo lo que he dado, todo lo que no he recibido, he querido poner especial orden en este cuarto, creo que merece severa importancia. Luego de terminar con este cuarto llamado “soledad”, doy un paseo por la casa jugando entre mis manos el listón lleno de llaves, creo que deberé colgármelo del cuello para no perderlo, a las habitaciones mas pequeñas no les he querido dar tanta importancia pero igual le puse a cada una su letrero “maldad” “locura” “bondad” y también metí sus llaves al listón. A las dos habitaciones de la planta alta les he mandado quitar la puerta quiero tener acceso sin trabas para entrar y salir cuanto desee aparte de que no creo que lo que se guarde aquí pueda contenerse por ninguna puerta, quiero tener todo a la mano, les he puesto cortinas nuevas de colores que permiten entrar la luz, en una metí un diván cómodo con cojines de terciopelo, en la otra mi cama y un tapete de la india con colores que no pensé que existían, por fin he terminado, desabotono mi vestido y lo dejo caer sobre el suelo estoy rendida, me daré un baño, camino desnuda por el corredor con un jabón en la mano y mi collar amarillo de llaves doradas en el cuello. Oh ¡ casi lo olvido, regreso y con tiza rosada escribo sobre la duela del suelo en la entrada de la habitación con el diván “maternidad” y en la entrada de la otra “amor”. Ahora si…todo esta en donde debe estar.
08 Diciembre, 2009
Lilymeth Mena.

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