La Luna que no queria dormir...

Era el año de la cosecha del trigo, trigo dorado que brillaba bajo el sol, nuestra casa de piedra que apenas se sostenía en pie, rocas partidas, cuarteadas por el paso del tiempo y las tempestades.

Aquella cama inmensa con sabanas de algodón, la cabecera de madera tallada con flores, una almohada dura mas grande que yo en la que podía perderme si me enrollaba con ella, cobijas, luz de vela, olor a té negro que hierve en la cocina mientras mi madre zurcía con esa débil luz.
La ventana abierta por la que se colaba la luz de la luna llena que de manera insistente se volvía a prender cada vez que mi mano se estiraba para jalarle el cordón y apagarla, no quería cerrar los ojos y dormir al mismo tiempo que dormía yo, yo que tan cansada estaba, con frío, hambre y sueño.
Las estrellas tampoco descansaban yo me hacia como que no para no mirarlas, apenas de reojo entre abriendo tan solo mi parpado derecho muy poco podía ver sus miles de ojitos bien abiertos, mirándome, con sus caritas redondas, sonrientes y fulgurantes esperando el momento en el que me quedase dormida.
Mamà cuéntame de nuevo ese cuento que me contabas hace muchos muchos años, ese que te sabias de memoria pero que era diferente cada vez por que siempre le agregabas o le cambiabas algo, recuerdas? Ese donde la princesa se queda sin padre cuando pequeña y ella y la madre trabajan, lloran, sufren, pero al final todo termina bien para ellas, una mañana el sol brilla, la sopa caliente sobre la mesa y la hija que borda pañuelos de seda para la gente rica se casa con un chico de campo bueno y honrado que la amaba mucho, te acuerdas?
Mamà que se talla los ojos, esta cansada, viene a mi lado y se sienta en la orilla de la inmensa cama, se toma un descanso y aprovecha para hacerme dormir, sus manos arrugadas pero aun suaves acarician los rizos de mi cabello que se hacen remolinos sobre la almohada, me planta un beso en la frente y con un suspiro corto y quedo apenas perceptible comienza. Había una vez…
24 Agosto, 2009
Lilymeth Mena.