Carta de amor...

Si pudieras enseñarme todo lo que no se, aquello que he ignorado desde mi alumbramiento y de lo cual pareces tener todas las respuestas, si pudiera yo enseñarte lo mas mínimo estaríamos cumpliendo con uno de los caprichos del universo, si tu me dieras un poco de tu luz, no mucho, apenas un poquito, y yo a mi vez te pudiera iluminar con un poco de la que yo tengo que es tan diferente a la tuya, estaríamos girando en el mismo sentido que las manecillas del reloj y que la orbita de la tierra misma.

Nada hay nada de virtuosidad en mi y sin embargo te aseguro que algo tendré que pueda serte útil, que algo hallaras en mi que te ayude a ver el mundo quizá un poco mas claro, con todos mis defectos, grietas y asperezas, te afirmo que no me conocerás del todo nunca por que todos somos cambiantes como el viento que sopla en este momento al oeste, y en diez minutos hacia el sur, te advierto, cariño, que mis manos son sudorosas y mis pies sufren de frío, pero si gustas, podrás calentarlos con los tuyos en invierno cuando las noches son mas cortas, mas frías. Jamás te diré que tengo dones por que los desconozco, esa es tarea tuya, encontrármelos si los tengo y hacerlos brillar por encima de lo demás, no puedo prometerte que te amaré por siempre, el amor es una flor muy delicada que debe su vida y crecimiento en parte al cuidado de otros, si un día se me ocurre salir de vacaciones, serás tu el que tendrá que regarla y ponerla en la ventana a que le pegue la luz del sol, quizá muchas veces (mas de las que quisieras o yo pretenda), romperé el silencio con alguna broma que te haga reír, la risa es también alimento, querré alimentarte siempre de lo que tu sientas hambre y que yo pueda darte (aunque no pueda). Mi mano, esta mano, buscará la tuya cuando todo este tan oscuro que no podamos vernos el uno al otro cuando parezca que no hay salidas puertas ni ventanas, mi boca buscara estampar un beso sobre tus labios siempre que termine el día y amanezca otro, cuando me baje del auto, cuando sin razón tu cara este cerca de la mía, cuando te prepare una taza de café o cuando no tengamos nada que decir sobre la cama acostados. Habrá días en los que no quieras verme o en los que yo no quiera verte por que los que se quieren también se encaprichan, pero alimentare la chispa que nos haga sentir ganas de reencontrarnos sin importar el tiempo o la distancia. Querré…siempre querré…
Algunas veces no pediré, te exigiré por que sentiré que es lo que espero de ti y debo hacértelo ver, por que si no te digo lo que quiero no hay manera de que tu lo sepas. La mayoría de las noches me iré a dormir esperando que tu pecho caliente mi espalda y tus brazos me cubran como el mejor de los cobertores. Cuando me enferme intentare no darte lata, no pedirte a gritos que me rasques la espalda y me traigas un vaso de leche, pero dejaré que me mimes si tú quieres, si te nace. Todo lo anterior es lo que puedo poner en tu canasta, en la bodega que tienes disponible para nosotros, yo, espero, quieras compartirme de lo tuyo un poco.
23 Septiembre, 2009
Lilymeth Mena.