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Una de princesas...

Quieres casarte conmigo? le pregunta el con cara de enamorado

pero...ni siquiera me conoces, responde ella sorprendida
tengo toda mi vida para conocerte, dice el mientras le planta un beso...


Como un cuento que se quedo a la mitad y no termino de ser escrito, muchas cosas quedaron sin decirse, sin hacerse, falto tiempo, falto la otra mitad de la trama, eso de y “vivieron felices para siempre” nunca es el final, que sucedió después? Que el príncipe fue siempre esbelto y hermoso? Siempre fue rico? No le afectaron la edad, la crisis de la edad madura, las devaluaciones? Ella, la plebeya de origen real secreto, no quedo flácida después de sus embarazos, no perdió cabello en su vejez, no paso por los achaques de la menopausia? No, de ninguna manera puede ser que “vivir felices para siempre” sea un final, no del todo tal vez solo es el final de la época del romanticismo y del enamoramiento.
Que pasa con la continuidad del tiempo, del espacio? Ese final de cuento de hadas solo podría ser y solo si los saltos quánticos se dieran a cada rato, si de un lugar pudiésemos borrarnos y llegar a otro mucho después ahorrándonos lo de en medio, eso es un salto quántico, pero no, la vida no es así, el tiempo no es cíclico, es lineal, o al menos eso dicen los que saben.
Y entonces por eso ves películas como la sirenita o la cenicienta que ya tienen segundas y terceras partes, por que ni una niña de inocentes seis años se cree que después de la boda real ahí se termina todo.
Lo cierto es que desde el comenzó nuestra historia, nuestro cuento fue bastante atípico, seguramente la princesa Rapunsel y el príncipe no se conocieron por Internet, ni después de verse solo en fotos decidieron que se gustaban, claro que a como es la vida hoy en día todo es posible, el Internet ya es parte de nuestra vida cotidiana, de nuestro modo de investigar y explorar un mundo que no podemos alcanzar de otro modo, así que conocerse por Internet ya es algo muy común (quizá deberían modificar algunos cuentos infantiles y decir había una vez una princesa conectada on line en una sala de chat con un lindo príncipe de sangre azul). Ya son mas de las ocho, seguramente vas camino a casa, otro día sin saber de ti, tengo que acostumbrarme a no tenerte en mi vida, a no leerte, a no saber de ti, a no volver a verte, olerte.
Esa mano firme que comenzó a escribir nuestro relato se aburrió a la mitad y dijo – Bah¡ esto no va para ninguna parte… Y suplemente decidió no terminar, no encontró un final lógico ni consecuente teniendo como referencia el extraño, inquisitivo, tonto, soberbio y absurdo comportamiento de los personajes centrales. Prefirió continuar con esa idea que se le vino a la mente para otro cuento, un niño huérfano que se encuentra en el bosque camino a su casa con un conejo mágico que habla y cumple deseos (eso si vende).
Es un poco ingenuo creer que por este medio puede uno llegar a conocerse del todo, falta tanto para que sea así, esto no tiene gestos, sonrisas, llanto, carácter, intención…intensidad.
Pero es de todos bien sabido que para gente solitaria y con nula vida social como yo, este es un buen medio para “hacer migas” para charlar y aplicar terapia, para vivir muchas vidas como tu dijiste una vez, para no ser tu o para ser un tu multiplicado y exagerado. Seria bueno solo ser tu, yo siempre fui contigo solo yo pero aun así mi personaje parecía una princesa medio loca con ínfulas de novelista británica de suspenso u horror y eso, hasta a mi me da miedo. Un día, tal vez algún otro cuentista le de una hojeada a nuestra historia y decida terminarla pero por lo mientras seguirá inconclusa quien sabe hasta donde, quien sabe hasta cuando.
15 Julio, 2009
Lilymeth Mena.

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