Coctel de frutas…

Esta mañana me he levantado con prisa a bañarme, vestirme, secarme la cabellera, el ruido de la secadora encendida recorriendo mi melena de arriba a abajo opacaba la voz de Nat King Cole con su “Unforgettable” levanto todas mis cosas para peinarme y no aburrirte con tanto frasquito sobre el tocador para cuando te toque levantarte y mirarte en ese (mi) espejo, seco el suelo de la ducha y te dejo agua caliente para que te des un buen baño, enciendo la cafetera y pongo café gourmet traído de Chiapas que va soltando un aroma delicioso que rápidamente se extiende por todo el departamento (es tan pequeño), abro el refrigerador y saco de el frutas variadas a las que les quito piel y semillas, las corto en trozos, pequeños cuadritos del tamaño de un dado, las pongo sobre un plato que se va llenando de colores y texturas con todo lo que le voy agregando de a pocos, yogurt, granola, un chorrito de miel, pasas.

Me meto de puntillas a la habitación para tomar por ultimo mis botas y mi bolsa, me aseguro de traer lo necesario en ella cambio para el transporte, lápiz labial y polvo para retocar mi maquillaje a mitad de la mañana, pañuelos desechables, dulces (nunca deben faltar, todo menos eso), espejo (como si no me tuviese ya muy vista), celular, una carta que me ha escrito mi Sam doblada en mil partes por que en ella se encuentran revelados secretos que deben mantenerse así, yo tan solo se los guardo, me aseguro de dejarte sobre la mesa el desayuno listo, café humeante y oloroso junto con tu plato de fruta, una servilleta cargando una cuchara brillante que me guiña un ojito con un ligero reflejo de luz, tomo mis llaves del ganchito donde se supone debo colgarlas siempre para no perderlas, ya sabes mi amor yo pierdo todo no se donde tengo la cabeza, gracias por ponerme ese ganchito para recordarme que no olvide que me quieres y me haces la vida mas fácil ayudándome a no perder las llaves, le abro la puerta a Sony para que haga del baño rápidamente antes de irme, justo un segundo antes de cerrar la puerta y decir con suave voz –Ya me voy ¡ Me viene a la memoria que vivo sola, que anoche al igual que todas las noches, dormí en una cama inmensa de esquinas altas como torres, que nadie va a levantarse después que yo cierre la puerta a tomar un baño, beber ese café o comer aquel plato, meto la llave en la cerradura y acomodo el tirante de mi bolsa sobre mi hombro, le sonrío a Sony y digo en voz queda…-Ya me voy.
28 Septiembre, 2009
Lilymeth Mena.