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Manzanas verdes...

Si acaso no puedes…no permitas que me entere, déjame seguir pensando que un día de estos tal vez me des la sorpresa, me abrirás la puerta con una sonrisa en los labios y me dirás dulcemente que me estabas esperando. Y entonces entraremos a casa para desnudarnos (no solo del cuerpo), desabrocharé tus zapatos y te sacaré los calcetines (un hombre se ve ridículo si se deja los calcetines puestos) tu me ayudaras a quitarme el sostén primero un tirante, luego el otro, un beso en cada hombro, yo besaré tu pecho desnudo que huele…tu sabes a que hueles, después de desabotonarte la camisa, calentaremos el agua para tomar un baño de tina, yo te tallaré la espalda mientras tú me enjuagas el cabello, con mis manos lavaré tu pecho, tus brazos, tú lavaras mi cara con tus dedos. Nos hablaremos sin decir nada, sin palabras, esta vez no quiero saber lo que esta prohibido en tu casa, no hace falta y además esta por demás que me lo digas me gusta romper reglas, ir contra corriente como los salmones. Si le he llevado la contra a la misma muerte, mi vida, discúlpame por mi indisciplina y mi poco recato, por no saber comportarme como los decentes.

Después de bañarnos dejaremos que nuestros cuerpos escurran un poco de agua por el suelo, nos recostaremos sobre la cama y escucharemos esa música suave, tu pondrás tu cabeza sobre mi pecho para escuchar hablar a mi corazón, que te diga el lo que yo nunca he podido, que halles en mis brazos y en mi pecho todas las respuestas, todos los misterios del universo. Acariciaré dulcemente tu cabello entre mis dedos jugando a fabricarme sortijas oscuras que se desbaratan con tan solo un movimiento, tus brazos rodeándome serán mi guarida de todo mal, mi lugar de descanso, mi remanso de paz, déjame contarte algunas historias que te harán reír, algunos cuentos que te hagan llorar o déjame, mi cielo, guardar un minuto de silencio en acción de gracias por tenerte conmigo, así, pegadito a mi, como parte mía y yo parte tuya.
Sobre la silla junto a la cama tendremos una bandeja llena de manzanas amarillas, verdes y rojas, yo tomare una verde y te daré de ella en la boca, tu me darás a mi de una amarilla, morderemos su piel y destrozaremos su corazón…tu y yo juntos destrozando corazones de manzanas.
Déjame por esta vez por esta noche por este instante pensar que puedes, que puedo importarte, que puedo gustarte, que puedes quererme, déjame por un segundo sentir que puedes, déjame acariciar la idea con mis dedos, saborearla con los labios (todos) y si acaso no puedes…no me lo hagas saber. No permitas que me entere.
29 Septiembre, 2009
Lilymeth Mena.

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