Lilymeth Mena Copiright 2014 © Todos los derechos reservados

Safe Creative

Registro de Propiedad Intelectual

Vagabundo...

Traías los bigotes con olor a hogar ajeno, yo me daba cuenta cuando te besaba y tu beso me sabía a otra. Tú me decías esas cosas, yo asentía con la cabeza y ponía cara de interés como si te creyera, era el intercambio perfecto de mentira-falsedad que nos mantuvo a flote por bastante tiempo, no es que fueras tan malo ni que yo fuera tan tonta, es solo que en ocasiones es mejor callar y sonreír, siempre he sostenido que para que exista una discusión hacen falta dos, y yo no discuto.

Por esa razón te permitía todas tus andanzas, siempre te vi como un espíritu que debía dejar libre, jamás te arme escándalos por que trajeras tesoros de no se donde ni te dije nada por que te llevaras algunos de mi casa para dar a no se quien, me gustaba cuando volvías después de no haber llegado a dormir varias noches seguidas y con cierto arrepentimiento te volcabas en atenciones, eras deleitoso, tierno y mimosamente no te apartabas de mi lado hasta que me dormía acariciando tu pecho peludo.
Algunas otras veces llegabas muy tarde a casa con aliento sospechoso y el cabello todo despeinado, yo me hacia la dormida para que no te mortificaras dándome absurdas explicaciones de los lugares donde te habías metido o de con quien diablos te habías revolcado, siempre fue mejor para ambos fingir que nada ocurría, por la mañana al despertar desayunábamos juntos y escuchábamos música con esa mirada de complicidad compartida que significaba "aquí no ha pasado nada".
Fueron contadas las veces que de verdad nos enojamos y realmente no se ni por que se dieron si siempre supe que eras de moral distraída y corazón enamoradizo, desde que te conocí y mire aquel brillo en tus verdes ojos adivine tu naturaleza y supe que no eras de los que viven aprisionados en un solo par de brazos, eres de esos que ruedan y ruedan como monedita de diez centavos en el suelo bajo los pies de una multitud, una monedita que luego de rodar bastante y sin que nadie antes le haya hecho caso, un dia sirve para completar un peso.
Creo...que te quise desde que te vi.
Así de mujeriego como eras, así de despistado, incluso así de loco, nada me daba mas placer que escucharte llamándome desde lejos, como diciéndome que me querías a la distancia sin que te importara que te escucharan los vecinos o despertar a mi madre que dormía en el cuarto de a junto.
Hace poco me preguntaron si alguien me ha roto el corazón, respondí que no pero...mentí, tú y solo tù has sido el único que ha llegado tan adentro mío como para partirme el corazón en mil pedazos, fue aquella tarde que te fuiste para no volver, no te despediste ni dijiste nada, te espere durante días, noches, ansiaba escuchar tu voz llamarme a lo lejos...y nada, hace apenas unos días tuve valor de deshacerme de tu cama, encontré en la sabana algunos pelos tuyos, negros como los míos.
No se por que te fuiste de mi lado luego de tantos años compartidos, por la tarde cuando me siento en la ventana para mirar el ocaso, me digo para mis adentros que ningún atardecer es realmente hermoso desde que me faltas tú, extraño el sonido de tus cuatro patas sobre el piso de madera, tus maullidos haciendo eco en mi habitación y sentir tus bigotes en mis pies cuando salgo de la ducha, ahora solo queda tu platón sin leche debajo del comedor, nunca me importaron tus malas acciones, ni aun cuando te comiste el canario de mi tía, si supieras como te echo de menos, gato vagabundo.
10 Febrero, 2010
Lilymeth Mena.
Safe Creative #1005246386207

No hay comentarios: