El conejo blanco...

Amanece cuando no quiero que amanezca pero hace tiempo que los días han dejado de obedecerme no se ni por que me extraña que la mañana me jale las cobijas para salirse a hurtadillas de la cama, el sol como niño travieso se restriega sus ojitos y me da en la cara, hay que sacar a tender las cobijas y las sabanas.

Ya es diciembre aunque tan solo por hoy no lo parezca la mañana esta tibia y mis orejas calientes.
Cosa más rara.
Voy a dejar que se aquiete el agua brava, que llegue el silencio tan bien merecido, creo yo, después de tanto escándalo y movimiento, que hoy se detenga la prensa sobre el papel y no se publique nada, que se detengan las patitas del reloj para que pueda yo ponerle compresas de agua fría sobre ellas y descanse, que el viento no sople las nubes viajeras allá arriba, que hoy no exista mañana, no quiero escuchar el aleteo de las hadas o los breves pasos presurosos de un conejo blanco de trasero enorme que hoy, tan solo estaría bueno para un buen caldo con la gripe que me cargo sin preguntarme siquiera a donde iba este pobre corriendo por que se le ha hecho tarde.
Quiero untarme de eucaliptos el pecho y de ungüentos delicados el resto del cuerpo, cerrar las ventanas, rendijas y huecos por donde pudiese escapar el vapor de las hierbas que burbujean neciamente sobre el fuego, respirar por esta nariz irritada que es la única que tengo (maldita sea mi suerte) he intentar conciliar diez, quince minutos de buen sueño. (carajo estoy hablando en verso; ustedes dispensen…la gripe).
Tengo que salir al banco, hay que pagar la renta, lo había olvidado, tengo que bañarme? Hum…si, pero bueno, quizá, con la nariz tan congestionada…total…mamà dice que de mugre no se ha muerto nadie.
Se acerca navidad y yo sin poner nadita de mi voluntad (lo juro) me he puesto muy a tono, por mas que me resistí y que hasta hice alarde de mi carente espíritu festivo estoy como puntera en los votos por ganar el premio al personaje mas destacado en las navidades de este año, pensé que era solo mi imaginación pero ahora estoy segura luego de que anoche antes de caer en profundo sueño escuche una voz recia y ronca decirme “tu nariz roja nos alumbrara el camino”.
07 Diciembre, 2009
Lilymeth Mena.