Nanga ti feo...

Mi pueblo tiene hambre, se le nota y harto, es un hambre muy atrasada y muy metida dentro de las tripas, de los huesos, mi pueblo es un alma buena, grande, conformada por millones de almas mas pequeñas, bocas secas de tanta sed, manos quebradas de trabajar una tierra que no es suya, por que es mentira aquello de que “ es para quien la trabaja “ la tierra es basta, pero sin semilla no se puede cosechar nada, es una tierra urgida de cuidados, de apoyo, de sufrimiento. Camina por el campo de esta tierra y veras pies agrietados por la sequedad del suelo y la sed de la piel que incesantemente trabaja bajo el sol, un sol que esta presente todos los días, igual que la boca de esos pequeños que piden comida, piden leche, piden carne…pero no hay. Medicinas que no llegan, doctores sin escuela, madres sin marido, hogares sin fuego. Han pasado veinte años y todo sigue igual, aquel camino de piedras y tierra amarilla, las casitas de adobe, las rejas de carrizo, aquí no importa quien este arriba, nada cambia, la vida es la misma, el hambre es la misma. Y es entre estas paredes terregosas y quebradas que se escuchan risas, llantos de criaturas, pechos que amamantan, manos que echan las tortillas al comal, chismes de vecinas, perros que ladran, cuentos de un día de cosecha y de pizca, anécdotas de borrachos, corridos revolucionarios, es entre estas paredes que se encierra el secreto de mi tierra, de mi gente. Nadie dice que la vida es tan solo sufrimiento, nadie se queja, nadie llora ni culpa al gobierno, por que mi pueblo es noble, trabajador y basto, mi gente no sabe que su condición es la misma por que no se da apoyo económico al campo, para ellos la lógica es distinta, si no trabajas no comes, aquí nadie te regala nada, eres lo que tienes por que así naciste, nadie espera que el gobierno ayude a cambiar las cosas, para ellos la republica es tan solo un fantasma luminoso que nadie jamás ha visto, y es gente que bebe, que mal come, que poco duerme, y cada día se levanta tempranito, antes de que cante el gallo se persigna para dar gracias al señor, pues solo El es dueño de todo, de mi, de ti, de todo, empezar la jornada con un gracias en los labios, eso, solo mi pueblo sabe como hacerlo. Poco le importa votar o no votar, pues la vida es la misma, el hambre esta “pior”, pies descalzos que se agrietan con la sequedad del suelo y el calor del sol.
06 Junio, 2009.
Lilymeth Mena