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Yo pecador...

Las nubes se iban tornando cada vez mas oscuras y la tierra parecía que ardía, los ojos de aquel reptil seguían contemplándolo cuando la noche cayó por completo sobre sus hombros y comenzó la carrera sin final, su ultima carrera por tocar algún cachito de eternidad, por el olvido, por el perdón?

Perdón, pero quien se han creído en este lugar para poder otorgarme olvido o perdón? Quien es el gerente de este lugar? Que puerco mundo es este donde tengo que pagar cualquier culpa que ustedes me achaquen?
Una mano mas grande que la suya le dio vuelta al reloj de arena sobre la mesa de cristal y no quedó mas remedio que entrar en razón “Esto no puede ser” se repetía una y otra vez sin que nada mas viniera a su mente en un ataque súbito de cordura, ni el tiempo ni la demora, por ahora no le preocupaba nada mas que salir corriendo entre las ramas largas que colgaban de los árboles que mas que lianas o enredaderas parecían lagrimas largas que llegan casi a tocar el suelo sin haberse podido desprender del rostro que las ha llorado, se habría paso entre aquellas colgantes tristezas que le iban dejando pequeñas pero abundantes marcas en los brazos y manos que luchaban por encontrar un claro de luz hacia el cual poder dirigirse con interna ferocidad para poder sentir que estaba (seguía) escapando, como siempre, como cuando sientes que tienes que defenderte de todos, incluso de ti, por que uno es su mejor enemigo y digo mejor por que no entiendo esa frase tan hecha, peor? por que peor? si soy mejor enemigo mío que cualquiera por consiguiente vamos siendo pues y a ultimadas cuentas nuestro mejor enemigo.
Detrás de su poco venturoso intento de huida por la estreches de aquel páramo escondía su real, tangible y única necesidad de huir de si mismo, de sus recuerdos, de sus culpas, de sus faltas, de sus pecados, pero es posible huir de ti mismo cuando te vienes cargando a cuestas y estas conciente de tu propio peso? Puedes en un desgarrador acto de conciencia aceptar que te estorbas? Que eres imprescindible para continuar? Serias capaz de abandonarte? olvidarte de ti mismo en el camino para poder seguir? Dejar de ser tú?
El sabia que el concepto que todos tenemos del YO es muy fluido en un instante eres parte de un grupo, luego formas parte de un crucigrama tan difícil que nadie puede resolver y en un segundo te fundes con el todo hasta que no puedes distinguirte del paisaje eres tan solo una mota de polvo mas tan diminuta que te diluyes con cada soplo del aire.
Mientras se encontraba físicamente en ese juego cruel por la salvación de su alma o el perdón de sus faltas su mente vagaba en el recuento de todo lo vivido, de todo lo perdido, de todo lo otorgado, de todo lo sufrido, de todo lo forjado (si es que en esta vida es posible forjar algo) una y otra vez revivía como pesadillas los capítulos mas amargos de su vida, como rebobinar una cinta una y otra vez hasta que parezca que no tiene fin, su cuerpo físico era alcanzado por aquellas bestias enormes de colmillos sangrantes, perros de talla gigante sin piel y apenas carne cubriendo sus esqueletos, pedazos de venas colgando de sus extremidades intentando devorarlo a cada voraz mordida que arrojaban en su dirección, por fortuna así como lo detenían a el lo mismo detenían a los cuadrúpedos babeantes aquellas lagrimas duras de los árboles chorreantes sin dejar que pudieran acertar mordida alguna sobre sus carnes (por el momento).
Los segundos parecían transcurrir de una manera tan lenta y pesada que no era importante contarlos, un segundo en el infierno es una eternidad en cualquier otra parte, el tiempo se detiene y solo tú te mueves, solo a ti te castiga la conciencia de los siglos.
El suelo húmedo y lleno de barro le impedía ir mas aprisa en su lucha interminable contra el agreste entorno, a cada paso sus pies se hundían otro tanto sin lograr realmente avanzar, sus brazos y manos cada vez mas heridos y debilitados iban perdiendo todo deseo de lucha, por un momento cerro los ojos mientras los ladridos sordos de sus cazadores hacían eco en sus pensamientos “Esto es el infierno? Tanto he pecado? Es este el fin?”
Una tenue luz llamo su atención, un pequeño claro frente a el parecía infundirle nuevas esperanzas, con uñas y dientes logró salir hasta el, sintió por fin suelo firme y seco bajo sus pies descalzos ya desgarrados de tanta lucha, con una extraña sensación en su pecho, casi una dulce resignación tomo aire para inflar sus pulmones y correr lo mas rápido que le fuese posible antes de ser alcanzado y devorado, pero…cuan veloz puedes ser cuando eres tú mismo el que te persigue?
12 Enero, 2010
Lilymeth Mena.

1 comentario:

Chef Yrenya dijo...

Para seguir en contacto no te des de baja... prometo visitarte en los dos please!!!!
Te quiere tu hermana Yrenya