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Yom-Yom...

Era la tarde de un domingo cualquiera, mis mujeres y yo (entiéndase por mis mujeres a mi mamà, mi hija y mi sobrina) íbamos de camino al supermercado a nuestras compras de la semana. De pronto y de la nada le dije a mi madre –Oye, que paso con el arbolote que estaba por aquí? Obviamente mi madre no sabia de que le hablaba, es una mujer muy despistada y olvidadiza, aparte de que carece por completo del sentido de orientación y puede perderse de camino al baño viniendo de la cocina. –Hay no inventes Bobita ese árbol lo quitaron cuando pusieron esta banqueta nueva hace como quince años. Puff¡ no supe si sentirme ridícula o tirarme a reír a carcajadas hasta revolcarme sobre mis orines. Me fui todo el camino recordando cuando mis hermanitos y yo pasábamos por ahí con papà y mamà de regreso de la iglesia los domingos, corríamos y nos aferrábamos a alguna rama del árbol mientras nuestros pies se columpiaban en el aire y la crinolina de mi vestido me daba picazón en los muslos y las nalgas (la real academia española acepta que “nalgas” esta bien dicho y es una palabra correcta para referirse al trasero). Algunos días del mes suelo irme caminando con mamà al mercado de Jamaica que esta a solo unos quince minutos caminando, me gusta comprar fruta, verduras y todo lo que se puede conseguir ahí, realmente disfruto mucho ir, es un mercado muy alegre y bonito, lleno de vida, de colores y sabores, puedo pasarme un buen rato debajo de las piñatas en la primera nave y sentirme feliz en su dulce contemplación (soy bien simple, ya se). Un día de esos íbamos caminando hacia el molino del mercado, yo jalando mi carrito del mandando cargado de fruta y demás, cual no fue mi sorpresa, volteo a mano izquierda y noto un gran hueco sobre la avenida –Y el Yom-Yom*? Le digo a mi mamà con voz de suplica y reclamo. La pobre de mi madre se para en seco y abre unos ojos enormes (raro en ella pues tiene ojitos de rendija) y me dice con voz de susto –Pero Bobita al Yom-Yom lo quitaron hace como siete años… Igual que con el árbol recordé cuando mi papà me cargaba con sus manos para que pudiese ver los sabores de helado cuando me compraba un cono en el Yom-Yom. La verdad no se que es lo que me pasa, yo se que no viví en la ciudad por muchos años, que aquí todo ha seguido su curso y se ha movido, ha cambiado, pero…duele, bueno no se si sea dolor, volver al lugar que uno tanto tiempo añoro y ver que nada es igual, no encontrar consuelo en mirar las mismas calles, las mismas caras, el mismo árbol y al Yom-Yom en su lugar, ahí, en donde uno los dejo. Me da miedo aceptar que soy de esas criaturas que se la vive en la añoranza y no se da cuenta que el Yom-Yom ya se fue por que se termino su tiempo, la vida sigue y yo debo seguir junto con ella. Que no debo esperar consuelo en revivir imágenes de mi pasado por que hoy existo, hoy soy. Ayer, ya se fue y mañana sepa dios donde estaré y si acaso…estaré?

*El Yom-Yom era un enorme helado de chocolate colocado de cabeza, dentro de la bola de helado había una pequeña heladería donde solo cabía un pequeño refrigerador y la silla de quien despachaba.
05 Agosto, 2009
Lilymeth Mena.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola.

Sí a mí también me gustaba mucho el local de los helados Yom Yom, aunque me parece que nunca me compraron un helado ahí, pero me encantaba el local, aquí por donde vivo hay todavía uno de esos locales, aquí una foto de Google Maps:
https://www.google.com.mx/maps/@19.4901933,-99.0515024,3a,75y,261.56h,96.91t/data=!3m4!1e1!3m2!1saHpS7ka6i-DsOTBDe--xBA!2e0